domingo, 27 de marzo de 2011

La vida frágil



La vida debería ser más frágil, el cuerpo no debería aferrarse a la vida con tanta fuerza. Deberíamos ser de cristal, rompernos al instante sin el pesado tramite morir gota a gota en el olvido y en el sufrimiento. Uno debería morirse a la menor provocación, una dieta mal llevada, una higiene mal practicada, un vicio, nos deberían matar en un día o dos a lo máximo. Así el torturador no tendría tiempo de escuchar lo que quiere oír, ni los tiranos tendrían sus campos de concentración. No habría tiempo de pensar en guerras ni en enfrentamientos, todo se resolvería en minutos. No habría vidas que estuvieran al borde del suicidio, solo habría clase media y clase alta. Uno debería morirse de amor, de tristeza, hasta del mismo presentimiento de la propia muerte. Uno debería morir por el mismo derecho que tenemos de pensar en el fin de la vida.