lunes, 26 de agosto de 2013

Luego me despierto


Luego me despierto

Con ganas de volver,

De retornar los pasos invisibles.

Emerger seco de las aguas

Bautismales

Y llorar, llorar el mundo y la luz

Insensible

Que penetra pupilas

Indefensas.



Con ganas de arrebatar

Los cáñamos hundidos

En el arroyo incesante

Eterno

Y negar la infancia, los montes,

Los días y los años.



Con ganas de engendrar, eso sí,

Montones de hijos: altos, flacos,

Gordos, morenos, calvos.

Verlos a los ojos espantados.

Recoger la poca luz del atardecer

Que los toca y los traspasa.





Y reír, reír del desdichado

Que piensa que todo vuelve a ponerse en marcha

Como un sol que hace girar

Los planetas

Como las aves urgidas

Por poblar los cielos.



Y desaparecer

En la historia incesante
De las serpientes y escaleras

Que se narra con las mismas palabras
De fuego, de percución

Y nos saber que las historias

Que se repiten son sólo las inventadas.