Me pides que hable
y yo te escucho.
Me pides que escuche
mis propias palabras
pero ellas escapan
asustadas a sus madrigueras
como reales fantasmas.
Me pides que hable
y el rio del día suena a selva,
la memoria retumba desde adentro.
Me pides que vuelva o que llegue
y hace tiempo que no soy
mas que tu sombra.
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