Tu nombre, dije.
Tu nombre, creí decir.
Tu nombre, me dije, lo pensé
y lo pensé tanto que creí decirlo a gritos,
a la cara, tu nombre.
Mi voz se fue apagando, dentro,
como un derrumbe de truenos
en la entrañas de un aguacero.
Tu nombre, empecé diciendo,
pero no dije gran cosa,
magullé palabras y nada más.
“Ciudad Lineal” Letzel Hess
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